LA VIDA EN LA EDAD MODERNA
1. Las calles
• España era un país
escasamente poblado, unos 6.500.000 de habitantes (Francia, 19 millones,
Italia, 12 millones). A los extranjeros les extrañaba las pocas ciudades
grandes y lo poco poblado, sobretodo el centro de la península. Esto se agrava
con la expulsión de los moriscos, el hambre, las guerras continuas y las epidemias.
• Las calles de las
ciudades eran peligrosas, especialmente de noche. Las calles no tenían
iluminación, excepto las pequeñas lamparillas que se colocaban al pie de las
imágenes religiosas callejeras.
• Las calles olían
muy mal porque no había basureros, ni alcantarillas. La gente vaciaba los
orinales por las ventanas al grito de ¡AGUA VA!, pero
muchas veces no daba tiempo a los transeúntes a apartarse y se formaban peleas.
• La gente orinaba
por la calle, ya que no había retretes públicos. Es curiosa la anécdota de LA
MEADA DE QUEVEDO. Cuentan que Quevedo tenía la costumbre de orinar en un
portal. Los vecinos del mismo se cansaron y colocaron un crucifijo en dicha
puerta para que la gente respetara el lugar, pero Quevedo no lo hizo, y volvió
a orinar en dicho sitio. Tras el hecho, los vecinos colocaron en la puerta un
cartel que decía “Donde se ponen cruces, no se mea”, y Quevedo escribió debajo
“Donde se mea, no se ponen cruces”.
• Las calles eran
estrechas y los animales circulaban por ella. Algunas veces se producían las
conocidas como CORNADAS DE BURRO. Se daban porque los aguadores llevaban varios
cántaros de agua sobre dichos animales, sujetos con unos palos que sobresalían
. Algunas veces estos palos “empitonaban” a la gente. De ahí el nombre.
2. La sociedad
• Básicamente, hay
dos grandes grupos sociales: nobles y plebeyos.
Los nobles descienden de
familias a las que el rey les concedió algún título como recompensa a favores o
trabajos realizados. No trabajan, sino que viven de sus propiedades, o se “mueren
de hambre” si no las tienen, ya que el trabajo era una deshonra. Muchos de
ellos viven buscando siempre quien los invite, convirtiéndose en “gorrones”.
Los plebeyos son la gente del
pueblo y se ganan la vida trabajando, tanto en la ciudad, como en el campo. Los
campesinos tenían que dar las ¾ partes de las ganancias a los propietarios de
las tierras. También hay mendigos por las calles. Era una buena manera de
ganarse la vida y por eso había quien no dudaba en infringirse heridas y
refrescarlas cada día, o simular amputaciones para dar “pena”.
• La vida para los
hombres no era muy agradable, pero aún era peor para las mujeres: las plebeyas
deben trabajar todo el día, cuidando de la casa, de los niños… Si no lograban
casarse las metían a monja. Las nobles no tenían que trabajar, pero no podían
salir de casa, si no era para ir a misa o a visitar a otras damas. Por supuesto
siempre acompañadas.
• Los hombres iban
armados por la calle, con espadas o cuchillos, y también con pistolas quien
podía disponer de ellas. Llevaban unos chalecos de piel, los coletos, que los
protegían de las cuchilladas, y las capas las liaban al brazo y les servían de
escudo.
3. La vivienda
• Las de los ricos
eran de dos pisos y con varias habitaciones, pero no tenían retretes, sino un espacio
cerca de la entrada donde había un pozo negro. Los poceros pasaban cada varios
años a vaciar el pozo. Las mesas eran desmontables y se arman en cualquier
habitación, de ahí la expresión “PONER LA MESA”. En ella comen los hombres,
pero las mujeres lo hacen sentadas sobre almohadones en la alfombra. Las camas
tienen colchones de lana muy finos. Muchas tenían cortinas alrededor para
calentar el ambiente.
• Las de los pobres
tenían un solo habitáculo. Estaban hechas con materiales pobres. El suelo era
de tierra mezclada con cal y prensada. Las ventanas no tenían cristales, sólo
postigos. Se cocina en la chimenea con las ollas colgadas de una cadena o sobre
trébedes de hierro. En la ciudad vivían en corrales de vecinos, donde tenían un
pozo negro, hornos para cocinar y lavaderos en común.
• No hay baños y la
gente se lava poco o casi nada. Los más limpios se lavan la cara a diario y se
dan un baño, dentro de un barreño, muy de tarde en tarde. Como se huele mal, la
ropa se perfuma con un sahumerio de hierbas. Además algunos llevan pañuelos
perfumados y cajitas con sustancias aromáticas para olerlas de vez en cuando.
4. La alimentación
• Para los pobres,
la base de la alimentación es el trigo y la cebada, en forma de pan, empanada,
gachas… el pobre gasta en pan la mitad de lo que gana. También se come mucho
ajo, cebolla, y vino, aunque sea mezclado con agua y de mala calidad. Sólo
comen por la mañana temprano (migas) y por la noche (la olla podrida,
antecedente de nuestros potajes)
• Los ricos comen
mucha carne y pocos productos agrícolas, por eso cuando se hacen viejos sufren
de “gota”. También les gusta mucho el chocolate, venido de América. Hacen tres
comidas diarias, y es frecuente organizar banquetes para mostrar las riquezas.
Había un tipo de banquete que se denominaba “DIENTE LIBRE”, en el que cada uno
cogía lo que quería (el antecedente del Buffet Libre turístico).
• Se comen en
vajillas de plata (los más ricos), de barro o madera. Se come con las manos y
con cucharas y cuchillo (para pinchar la carne). El tenedor no existía. Todos
utilizaban mondadientes, ya fueran de huesos de pollo, o metálicos. Más tarde
se utilizaban también los tenedores, pero estos tardaron en llegar de Italia.
• DAR GATO POR
LIEBRE. Los venteros y mesoneros engañaban mucho. En vez de poner cabrito o
liebre ”metían” gato. Algunos con buen humor solían decir antes de comer “Si
eres cabrito, mantente frito; si eres gato, salta del plato”. Si se pedía
empanada había que tener cuidado porque se decía que se hacían con carne de
ahorcado. Quevedo, que era un gracioso, solía rezar un responso por el alma del
difunto antes de comerse la empanada.
5. Viajes
• Se viajaba poco.
La mayoría de las personas no salían nunca del pueblo. Los caminos eran
peligrosos. Cuando lo hacían, se utilizaba:
- Literas de un
asiento, llevadas por dos hombres que se iban sustituyendo (no eran para viaje
sino para desplazarse en la ciudad).
- Literas de dos
plazas, llevadas por dos burros (uno detrás y otro delante de ella).- Coches y
diligencias tiradas por caballos. En algunas se metían hasta 40 personas, y
eran llevadas por 20 mulas.
- El caballo, que
solía recorrer unos 150 Km. por día.
• Pocos caminos
tenían un buen firme.
• En las ventas del
camino se solía pedir MEDIA CON LIMPIO, que consistía en compartir la cama con
una persona que no tuviera piojos, sarna…
6. Cultura y diversión
• Las librerías no
existían. Los libreros llevaban algunos libros de casa en casa.
• El teatro gustaba
mucho, sobre todo la comedia. Era como el cine o la TV ahora. Se solían
representar en la calle o en los corrales (casas de vecinos).
• De entre los
juegos y diversiones destacaban
- la caza, los torneos , los
toros (se lidiaba a caballo), las cañas (se formaban dos equipos que
iban a caballo y se arrojaban cañas; cuando terminaban se hacía una fiesta y se repartían los premios).
-
los juegos de pelota como los bolos o “el frontón”.
-
los naipes y a los dados.
• Es curioso resaltar aquí EL MANTEO, que
aparece en el Quijote. Se trataba más de una
broma pesada que de un juego. El manteo era muy peligroso porque muchos morían o quedaban lisiados al golpearse con
el suelo.
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